El vehículo eléctrico generalizado parece una utopía
Cuando el Consejero Delegado de Toyota, Akio Toyoda, hizo referencia a que existe una "mayoría silenciosa" en la industria automovilística que cuestiona la conveniencia de los vehículos eléctricos como única alternativa para avanzar hacia un futuro más sostenible, se comenzó a hacer pública una verdad que es necesario reconocer dentro de un debate muy polarizado.
En el afán por abandonar los vehículos de gasolina y diésel, los gobiernos y los grupos de presión han engatusado y amedrentado a los fabricantes de automóviles para que inviertan recursos en una tecnología que aún presenta importantes deficiencias, algunas de las cuales ya se están poniendo de manifiesto.
La realidad es que, incluso con la mejor tecnología de baterías disponible, se tarda muchísimo más tiempo en recargar un vehículo eléctrico, que en repostar un vehículo que utilice una fuente de combustible líquido.
Sin tener en cuenta que hay que aumentar la capacidad de la red eléctrica para poder alimentar el consumo del vehículo eléctrico en un espacio público, en ausencia de un punto de recarga doméstico, lo que implica unos costes extra.
En este sentido, Ubitricity, propiedad de Shell, el mayor operador de puntos de recarga públicos del Reino Unido, ya ha puesto en marcha la tarificación por sobrecarga durante las horas punta, lo que encarece el uso de un coche eléctrico en comparación con uno de gasolina. Claro está, siempre que se encuentre un punto de recarga disponible.
Todo ello, sin olvidar que los precios están sujetos a un IVA del 20% y de que existe una falta de infraestructura de puntos de recarga fuera de las zonas céntricas de las ciudades. De esta manera, el coche eléctrico continúa siendo un lujo para la mayoría de la gente.
La acción de Tesla ha perdido fuelle en los últimos meses
Tal vez esto explique por qué la cotización de Tesla ha perdido fuelle en los últimos meses, dejando de lado las distracciones a las que se enfrenta su consejero delegado, Elon Musk, en relación con la adquisición de Twitter.
Aunque la idea de tener un coche eléctrico propio parece sencilla en lo que respecta a las emisiones, la producción de cada vehículo consume muchos recursos y, con los precios de la electricidad ahora mucho más altos que hace dos años, el argumento económico para tener uno es menos convincente.
Además, la modernización de las redes necesarias para hacer frente a la capacidad adicional que supondrá el paso de más personas a los vehículos eléctricos requerirá enormes inversiones en infraestructuras eléctricas. Sin olvidar que estas mejoras de las redes eléctricas utilizarán los mismos recursos que se necesitan para fabricar coches eléctricos.
Sencillamente, no hay una oferta infinita de cobre, cobalto, litio y de todos los demás metales de tierras raras necesarios, lo que significa que hay que considerar otras opciones a la hora de desarrollar nuevas tecnologías de trenes de potencia. Pueden ser otros híbridos que aprovechen el hidrógeno, así como otros tipos de tecnología de pilas de combustible.
Este será el reto de Tesla de cara al futuro, y aunque han recorrido un largo camino en los últimos años, este año superaron fácilmente la marca del millón de vehículos entregados, también ofrecieron algunos descuentos importantes en un esfuerzo por vender sus existencias, presionando a la baja los márgenes en el proceso.
Los principales fabricantes de automóviles, como Toyota, Volkswagen y Ford, están entrando ahora en la lucha por los vehículos eléctricos y, con sus mayores recursos y redes de concesionarios, podrían empezar a comerse parte del pastel de Tesla.
Los principales fabricantes de automóviles siguen vendiendo millones de productos más que Tesla, aunque no sean vehículos eléctricos, pero eso les ayudará en el proceso de transición, ya que sólo tienen que reequipar la capacidad existente, en lugar de crear capacidad nueva.
Toyota vendió 8,2 millones de automóviles en su año fiscal 2022, 6,3 millones de ellos fuera de Japón, mientras que Ford vendió 13,8 millones de vehículos durante el mismo año con unos ingresos de 151.730 millones de dólares.
Se prevé que los ingresos anuales de Tesla este año asciendan a 82.000 millones de dólares, tras conocerse que las ventas del cuarto trimestre alcanzaron un nuevo récord de 405.278 unidades, lo que supone un aumento interanual del 40%, ayudado en cierta medida por el hecho de que Tesla tuvo que recortar los precios durante el trimestre para ayudar a renovar el inventario. Se espera que los ingresos totales del año aumenten más de un 50% respecto al año anterior, aunque es probable que los márgenes sean inferiores.
La ventaja de realizar el primer movimiento en el coché eléctrico llevó a la acción de Tesla a superar los 400 dólares en noviembre de 2021. Desde entonces, a medida que la competencia aumenta, la acción no ha parado de retroceder y las acciones cotizan ahora en torno a 120 dólares. Pese a la magnitud de la caída, Tesla todavía tiene una capitalización de mercado de 390.000 millones de dólares, que es más que la capitalización de mercado combinada de Ford, Toyota y VW.
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Fuente: plataforma Next Generation de CMC Markets a 12/01/23
Ford tiene una capitalización de 53.000 millones de dólares, Toyota de 233.000 millones y VW de 80.000 millones.
Tesla puede estar más barata que en su máximo de 2021 y puede haber bajado más de un 60% en los últimos 12 meses, pero eso no significa que no pueda abaratarse más.
Ahora que los tipos de interés ya no están anclados ceca del 0%, donde han estado durante la mayor parte de los últimos 15 años, y se están normalizando, las valoraciones están empezando a ser objeto de un mayor escrutinio.
Esta normalización significa que hemos pasado firmemente de un mundo TINA (acrónimo ade la expresión inglesa “There Is No Alternative” que significa no hay mejor opción o no existe alternativa) a un mundo en el que el dinero tiene un valor. En este contexto, es probable que signifique que a muchas empresas se les exija un mayor potencial de crecimiento.
Por el momento, Tesla ha conseguido recuperarse del soporte de los mínimos recientes de 100 dólares, y podría volver a acercarse a los 150 dólares a corto y medio plazo. Sin embargo, la empresa tendrá que seguir cumpliendo tanto (1) en entregas como (2) en márgenes si quiere justificar su valoración actual.
Con el aumento de la competencia que se espera de los grandes fabricantes de automóviles en los próximos meses y años, esto parece una gran exigencia, lo que significa que podríamos ver nuevas caídas del precio de las acciones en los próximos 12 meses.
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