Los resultados de las empresas, que están por debajo de lo esperado suponen una gran oportunidad para los bajistas. Si los beneficios de una empresa no se ajustan a las estimaciones, es probable que la empresa tenga un rendimiento inferior en determinadas áreas. Esto puede hacer que un gran número de inversores comience a vender o entrar en corto. Sin embargo, a menudo es mejor mirar más allá de los informes de resultados, ya que una empresa puede estar rindiendo por debajo de lo esperado por razones que no afectan al precio de sus acciones. (Por ejemplo por eventos extraordinarios)
La situación de determinados sectores ofrecen otra oportunidad para los vendedores en corto. Los sectores que han experimentado una tendencia general a la baja debido a las innovaciones en otros mercados o al sentimiento negativo de los clientes pueden hacer que el precio de una acción concreta caiga. Esto también puede verse afectado por acontecimientos políticos y económicos como las elecciones presidenciales y las guerras comerciales. Cuando un sector se percibe como obsoleto, las empresas de ese espacio competitivo pueden quedar con perspectivas de crecimiento decrecientes, lo que hace que los vendedores en corto se aprovechen.
La sobrevaloración es un factor común que puede hacer que los vendedores en corto se unan. Las acciones que aparecen constantemente en las noticias pueden hacer que el precio se hinche en relación con el valor real de las acciones, la operativa en corto puede ayudar a la prevención de esas burbujas. Una vez que la "burbuja" de precios estalla, los vendedores en corto se unirán sabiendo que la acción no vale su valor de mercado actual.
Sin embargo, tenga en cuenta que los valores fundamentales de una acción no son los únicos determinantes de su precio. Hay varios factores que hay que tener en cuenta a la hora de vender en corto una acción, y estos factores forman un cuadro complejo. Cada inversor debe hacer su propia investigación cuando considere operar con acciones.